Ingredientes:
Membrillos
Azúcar
Un chorrito de zumo de limón (opcional).
Para saber las cantidades debemos pesar los membrillos una vez cocidos y escurridos, y la misma cantidad de azúcar. Si no os gusta muy dulce podéis poner un poquito menos de azúcar.
Preparación:
Lo primero que hacemos es lavar muy bien los membrillos para quitarles la pelusilla. Después los cocemos. Pueden cocerse enteros o en trozos, y pelados o con piel.
Yo hoy los he pelado y partido porque tenían bastantes picaduras por dentro, y he preferido mirarlos minuciosamente.
He reservado la piel y los corazones para hacer jalea
Para cocerlos los pondremos en agua y a fuego fuerte hasta que empiecen a hervir, entonces bajamos el fuego y tapamos para dejar durante unos 30 minutos. Pinchamos para saber si están en su punto.
No deben quedar duros, pero tampoco tan blandos que se deshagan.
Una vez escurridos los pesamos y ponemos en una cacerola amplia junto con el mismo peso de azúcar. Mezclamos bien y ponemos al fuego. En cuanto coja temperatura, bajamos la potencia al mínimo y dejamos que se haga muy lentamente, moviendo con frecuencia.
Calculad que al menos tardará 2 horas, dependiendo de la cantidad.
Poco a poco se irá deshaciendo el membrillo y mezclándose con el azúcar. En ese momento lo batiremos con la batidora hasta que quede una crema suave sin ningún grumo.
Seguimos moviendo y poco a poco irá cogiendo el color típico del membrillo, ese dorado brillante.
Consideramos que está en su punto cuando colocamos la cuchara de madera en el centro de la cacerola y se mantiene en vertical.
Preparamos los moldes donde lo vamos a colocar y los pasamos una brocha manchada de aceite para facilitar después el desmoldado.
Echamos el dulce en los moldes y damos unos golpes en la encimera para que no quede aire.
Dejamos enfriar y metemos al frigorífico al menos 24 horas.
Desmoldamos y a disfrutar.
Ponemos a escurrir.
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